hoy es el día…

 

“Renuevo mi propósito del alma de bajar el cielo a la tierra para mí y para todos y honro la magia creativa de la incertidumbre de cada instante.

 

Convoco mi valentía de abrazar mi sentimiento de estar asustada cada vez que lo esté, a la vez que siento siempre mi corazón y mi verdad latir fuerte en mí, como la semilla de un nuevo camino que se abre ante mí como destino.

 

Hoy es el día en que los gobiernos piden perdón a sus poblaciones por haber cerrado los parques y las playas. Vuelven a abrir todos los espacios naturales para que la gente pasee, haga deporte libremente.

 

Hoy es el día en que los gobiernos piden perdón por haber invertido tanto en economía y armamento y haber descuidado la sanidad.

 

Hoy los gobiernos piden perdón a sus poblaciones por haber dado demasiado poder a lo que no era esencial y no haber sabido evitar esta situación.

 

Hoy los gobiernos del mundo entero piden perdón a toda la humanidad por no haber sabido hacerlo mejor.

 

Así como los padres del mundo entero piden perdón a sus hijos por no haber sabido hacerlo mejor, piden perdón por no haber sabido siempre tomar las mejores decisiones…

 

Así como cada uno de nosotros pedimos perdón a nuestros cuerpos por todos los descuidos y caprichos.

 

Todos pedimos perdón a nuestros animales, a nuestra tierra por no haberlo sabido hacer mejor… pedimos perdón por los descuidos, los abusos inconscientes, las decisiones tomadas desde el miedo…

 

Hoy todos pedimos perdón por todas las decisiones que no fueron tomadas desde el amor.

 

Pedimos perdón y nos liberamos de la culpa.

Nos empoderamos con la responsabilidad.

Abandonamos nuestros miedos y nos refugiamos en la bondad. Nuestra genuina bondad. Aquella que late en cada uno.

Hoy es el día en que la tierra se unifica a través del corazón brillante de cada uno de nosotros.

 

La mayor bondad es la que nos lleva a alegrarnos por la dicha del otro.

 

Hoy es el día en que ya nadie puede prosperar a costa de otro. Ganar es cuando todos ganan y nadie pierde.

Las grandes corporaciones, cuidan de sus trabajadores y se enorgullecen de saber que gracias a que trabajan en su negocio tienen una vida prospera y digna.

Ya nadie tiene miedo de faltar de nada: la acumulación de bienes y el atesoramiento, hoy, dejó de tener sentido para siempre.

Todo se comparte y todo circula.

Claro que siempre habrá ricos muy muy ricos más que nadie y más que nunca, pero ya no habrá pobres que tengan una vida no digna e infeliz.

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Honro el día en que los gobiernos y los poderes mundiales valoraron las acciones de los que creyeron en la humanidad y el despertar de la consciencia y apoyaron sus empresas. Rescataron las que lo necesitaron y servían al bien común.

 

Ese día se decidió valorar las encuestas de mercado en la que se les pregunta su opinión al ciudadano en vez de espiar sus automatismos con algoritmos en redes.  Escuchando en vez de espiando, les devuelven su dignidad y el valor de la expresión clara desde un corazón consciente.

 

A partir de ese día se glorificó la individualidad de cada ser humano como un tesoro único e irrepetible… como cada nota de una sinfonía grandiosa… cada nota, bien distinta de la anterior, pero igualmente imprescindible.

 

Y a partir de entonces, el conocido eslogan: Libertad, Igualdad, Fraternidad se amplió con Individualidad… honrando así en nuestras vidas el respeto y la creatividad de cada uno.

 

Desde el amor y el bien de cada uno y de todos.

Nos abrazamos.

En un abrazo incluyente.

Que no deja a nadie, ni nada fuera.

 

Gracias, gracias, gracias.”

Alíx