Los humanos estaban destinados a comunicarse mediante la telepatía…
fotografía y obra: Marcelo Van Es – arte_de_naturaleza
“Según Outa, la razón primordial por la que los Auténticos saben usar la telepatía es porque no mienten nunca. No utilizan siquiera una pequeña invención, ni una verdad a medias, ni una grosera afirmación falaz. No mienten en absoluto, de modo que no tienen nada que ocultar. Son gentes que no tienen miedo a abrir sus mentes para recibir, y que están dispuestas a darse información mutuamente.
Los Auténticos no creen que la voz estuviera destinada al habla. Para hablar se utiliza el núcleo corazón-cabeza. Cuando se usa la voz para hablar, uno tiende a enredarse en pequeñas conversaciones innecesarias y menos espirituales. La voz está hecha para cantar, para loar y para sanar.
Más tarde, durante el camino, cuando trabajaban conmigo para desarrollar mi comunicación mental, aprendí que mientras tuviera algo en el corazón o en la cabeza que siguiera creyendo necesario ocultar, no funcionaría. Tenía que pactar absolutamente con todo.
Tenía que aprender a perdonarme a mí misma y aprender del pasado, en lugar de juzgarme. Ellos me demostraron que lo fundamental era aceptarme, ser sincera y quererme a mí misma para obrar de igual manera con los demás.”
Morgan, Marlo. Las voces del desierto
Al leer este texto mi corazón se ha acelerado por entusiasmo y por tristeza a la vez.
Tenía 15 años cuando me compré “el lenguaje olvidado” de Erich Fromm, porque secretamente intuía que la palabra era un obstáculo a la telepatía, mi sueño de superheroe…
Esperaba encontrar una demostración clara que confirmara mi anhelo, pero ese libro maravilloso no hablaba exactamente de eso…
Poco a poco fui apartando esa bella idea de mi mente.
Veneré la palabra hablada. A ultranza.
Hice de ella mi puente hacia dentro y hacia fuera. Me dediqué a interpretar, traducir… y luego a escuchar y compartir… hasta que fui aprendiendo también a soltarla para ahondar en el silencio interno.
Dicen que quien aprende a hablar, tiene que aprender a callar… para que sea revelada la magia del silencio fértil del que todo brota, ese lenguaje simbólico y no lineal… que sabe a “dulce hogar”.
¡Y aquí está! Treinta años después. Me encuentra el texto que hace de “pegamento” a todo lo fraccionado.
Le da un hondo sentido a mi querida “benevolencia”: haz que “…si alguien leyera tu mente, ese alguien se sentiría en paz y comprendido.” dice Jean Pierre Garnier Malet
Algo en mí sabe que sólo así conoceré la autentica relación conmigo misma y con el mundo – que precisamente está en mí.
El silencio y la benevolencia abren puertas insospechadas, ¡sí!
¡Y heme aquí, esperando convertirme en superhéroe cuando en realidad estoy simplemente aprendiendo a ser auténtica humana!
Gracias.
Alíx